miércoles, 18 de julio de 2007

El tesoro vikingo. Comenzó la búsqueda.

Ser estudiante que recibe una “beca” (entre comillas porque una gran parte es préstamo) para sobrevivir sin sobresaltos durante el año lectivo (septiembre-junio) tiene la ventaja de poder decidir si es necesario salir a buscar otros ingresos o no. Como nuestra intención es dedicar todo el tiempo y el esfuerzo a estudiar para poder sacar la carrera cuanto antes, hemos optado por hacerle los honores full time a los libros.
Lamentablemente, las inyecciones de euros en las venas de nuestra lánguida cuenta corriente se terminan durante las vacaciones, es por eso que recalamos en el viejo y querido Gotemburgo con la misión interminable de seguir buscando el tesoro que escondieron los vikingos hace un lustro atrás. Muchos dicen que eso es trabajar y no buscar tesoros, que estamos locos. Locos o no, ya han pasado cuatro años desde que decidimos empezar a buscar el tesoro dentro de los wateres y debajo de las camas polvorientas de los distintos hospitales que se nos pusieran en el camino.


Viendo que el tesoro no aparece, yo sigo insistiendo con que dejemos eso para otro momento o tal vez buscar en otro lugar de la ciudad o del país. Lo que me incentiva es que igualmente mientras el tesoro no aparezca seguiremos recibiendo por mes, una especie de sueldo, que nos ayuda por lo menos a ahorrar y llevarnos para Sevilla una ínfima parte del botín vikingo que sigue enterrado sin dueño.
Todos los buscadores de tesoros en el hospital de Mölndal, en Gotemburgo, nos vestimos con unos pantalones y unas blusas azules. La herramienta más importante que se emplea es una especie de escoba plana con un campo magnético que atrae las partículas de polvo y con un dispositivo muy avanzado capaz de localizar con un margen de medio metro de error, el lugar donde está enterrado el tesoro.

La escoba plana rastrea toda la superficie del hospital, debajo de las camas, los pasillos, etc. Supuestamente, cuando suene un pitido ensordecedor, que nadie ha escuchado aún, es porque habrá aparecido el susodicho. Los suecos son un poco fanáticos de los vikingos y de toda la leyenda que hay detrás de ellos, por eso a mi me huele a que se trata de otra fantasía de los "blondiesson" y nosotros les estamos siguiendo la corriente.
Pero claro, nos mantenemos calladitos y sin protestar, embutidos ocho horas en un traje azul y con la escoba plana como única ayuda, porque recibimos mensualmente el sobre con el equivalente a nuestros servicios prestados en la búsqueda del tesoro vikingo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola ! como andan viajeros!! Aca Andrea no se si se acuerdan aquella que hizo una torta tan rica para el cumple que Mariana paso en Barcelona.Recien hoy me entere de la existencia de este espacio virtual y como siempre entré tentada de saber más de sus aventuras. Solo les escribo para mandarles un beso, los esperamos por estos pagos en octubre.Y suerte en la busqueda del tesoro, aunq seguro, en el fondo saben que ya lo tienen. Un besote
Andrea

Anónimo dijo...

Estimado Alejandro; no pude más que esbozar una sonrisa al leer hoy tu mail en el cual me hacías partícipe de la existencia de este espacio. Y la sonrisa no vino por sonrisa nomás, sinó porque no pude evitar -al mismo tiempo que lo leía- imaginarme disfrutando a ojo suelto de tus maravillosas creaciones lito-histo-psico-filo-socio-literarias y por qué no, con el permiso de la parcialidad, metiendo yo también la cuchara en esta electrónica sopa de letras, que para desgracia de García Márquez o algun otro aprendiz por el estilo, has comenzado a cocinar. No tengas duda que este espacio será para mí, de aquí en más, cita obligada de cada visita al ciber, (porque aun la compu no pintó) y obviamente tendrás en un servidor, un ferbiente consumidor de relatos que no te perderá pisada y te exigirá cada día una historia nueva. Perdón por la presión. Felicitaciones entonces, y vamo arriba la creatividad uruguayesca. Abrazos.