martes, 18 de septiembre de 2007

Minnesota

El sábado fuimos a Minnesota. La primera sorpresa nos la llevamos cuando a las ocho de la mañana los vidrios de la camioneta estaban con una capa fina de hielo. De más está decir que el aire era fresquito, unos 38 grados Fahrenheit (aprox. 3 grados Celsius). Los niños recién desayunados duermen tranquilos bajo la vigilancia de su padre al fondo de la camioneta. Lucía conduce rumbo al norte. El cielo es claro y soleado. A la izquierda se ven unos búfalos dignos de respeto en un corral, que son la nota diferente para un paisaje lleno de maíz, maíz y mais maíz.
Parece que los de Minnesota tratan a los Iowans como nosotros tratamos a los gallegos en nuestros chistes, los tontitos. Y me imagino que dirán: cuántos Iowans se necesitan para pegar un cartel o enroscar una lamparilla.
A las nueve de las mañana, los niños duermen entre intermitentes quejidos, y nosotros nos comemos un tazón gigante de pop a través de la ventanilla. A veces se llegan a ver feed lots, que son unos inmensos galpones en los cuales se crían y engordan los chanchos, o cerdos, de manera rápida y poco natural. Los chanchos están ahí confinados sin poder moverse y comiendo sin la pausa para los postres.
Hasta ahora ni un repecho hemos subido, el terreno es como una tabla. A la derecha aparece un cartel en el que se lee “políticos tomen nota, los chanchos no votan”, si votaran serían amplísima mayoría. Kilómetros después, la bienvenida a Minnesota, el estado de los 10.000 lagos, así se le llama también a este estado que se pega a la panza de Canadá. Un dato curioso que les va a encantar es que en este estado hay una ciudad que se llama Montevideo, en honor al nuestro de Uruguay. Cada estado tiene un país de América como amigo y este es amigo del nuestro. Eligieron bien estos, che.
El pop acaramelado continúa explotando al sol a diestra y siniestra, pero el terreno es más ondulado y eso se agradece. Aún no les he dicho adonde vamos realmente. De compras, cuesta reconocerlo a veces pero también nosotros caemos en las garras del consumismo. A poco de cruzar la frontera entre los estados, existe un Outlet, un espacio abierto en el que un montón de casas reconocidas y caras se ponen pegaditas una al lado de la otra, ofreciendo sus saldos de temporada a precios muy bajos. Casas como GAP, Levis, Columbia, Nike, echan el anzuelo apetitosamente encarnado al agua para liquidar sus productos. Todo el mundo pica, pero con nosotros la tienen difícil, tiene que venir muy rebajada la cosa para caer en la tentación. Varias horas pululando por ahí tuvieron algunos frutos y nuestras buenas gangas hicimos.
Cansados y con unos dólares menos en los bolsillos, nos vamos rumbo a la capital del estado, Minneapolis. La ciudad es también conocida como la Twins City porque hay dos ciudades prácticamente pegadas que se consideran una, Minneapolis y St. Paul. A las ciudades gemelas nos vamos con los gemelos a esperar el domingo, el cumpleaños número 26 de Maria, mi alma gemela.



1 comentario:

Anónimo dijo...

que lindos que estan todos, en especial mis sobris!!