Vamos de paseo, pi pi pi, en un auto cool, pi pi pi. Cuando la familia se agranda lo primero que hace una familia estadounidense es comprarse una camioneta "van" para 6 pasajeros por lo menos. Como nuestros anfitriones son un poquito yankees y además la familia se les multiplicó de un tirón, no tienen más remedio que adaptarse a las exigencias de la cultura en donde están sumidos. La comodidad es también para los visitantes que pueden viajar con ellos sin problemas de espacio.
El primer paseo fue sin rumbo fijo. Salimos en dirección este, hasta que los bebés aguantaran pacíficamente en sus sillitas. Bajo un cielo celeste y claro comprobamos la existencia de plantaciones infinitas de maíz y soja a ambos lados de la carretera. Las granjas conservan los viejos graneros de antaño y se han ido adecuando al progreso con silos inmensos, tan grandes como los de una cooperativa de granos uruguaya, pero que en este caso son privados pertenecientes a un solo productor.
Todo parece prepararse para la cosecha que cerrará el año productivo hasta el comienzo del siguiente, después de que la nieve y la lluvia arrastren los químicos que ha chupado la tierra hacia los ríos que serpentean por la zona, como el Iowa River y el río Mississipi que hasta por acá llega, o mejor dicho nace.
El camino plano y recto nos llevó hasta una zona de Iowa que pertenece a los Meskwaki, los últimos descendientes de una tribu indígena que fue expropiada de sus tierras por ley divina. Alguien cuerdo se dio cuenta de que lo que habían hecho estaba mal y trataron de compensarlo regalándoles un trozo de tierra para que hicieran lo que quisieran. Estas tierras no están bajo las leyes ni el sistema tributario de los EEUU por lo que los Meskwaki, como el resto de tribus que han recibido tierras para limpiar los pecados blancos, van y ponen un casino. El Meskwaki Bingo Casino Hotel es un ejemplo claro de lo últimamente hacen estas tribus con sus tierras. Meten un casino y se forran de dólares ya que ni siquiera pagan impuestos. Confinarlos en un trozo de tierra, reservas, es una manera de controlarlos ya que afuera de ese territorio siguen dejados de lado. Esto genera problemas de alcoholismo en los integrantes de las tribus, debido al estado ocioso en que se encuentran y la cantidad de plata que ingresan con sus negocios.
Volvimos a casa sin haber jugado una ficha y guiados por los mismos maíces que amarillean al costado de la ruta, pegándose tanto el uno con otro que llegan a unirse en el horizonte con el cielo celeste, aunque cueste, creer.
El primer paseo fue sin rumbo fijo. Salimos en dirección este, hasta que los bebés aguantaran pacíficamente en sus sillitas. Bajo un cielo celeste y claro comprobamos la existencia de plantaciones infinitas de maíz y soja a ambos lados de la carretera. Las granjas conservan los viejos graneros de antaño y se han ido adecuando al progreso con silos inmensos, tan grandes como los de una cooperativa de granos uruguaya, pero que en este caso son privados pertenecientes a un solo productor.
Todo parece prepararse para la cosecha que cerrará el año productivo hasta el comienzo del siguiente, después de que la nieve y la lluvia arrastren los químicos que ha chupado la tierra hacia los ríos que serpentean por la zona, como el Iowa River y el río Mississipi que hasta por acá llega, o mejor dicho nace.
El camino plano y recto nos llevó hasta una zona de Iowa que pertenece a los Meskwaki, los últimos descendientes de una tribu indígena que fue expropiada de sus tierras por ley divina. Alguien cuerdo se dio cuenta de que lo que habían hecho estaba mal y trataron de compensarlo regalándoles un trozo de tierra para que hicieran lo que quisieran. Estas tierras no están bajo las leyes ni el sistema tributario de los EEUU por lo que los Meskwaki, como el resto de tribus que han recibido tierras para limpiar los pecados blancos, van y ponen un casino. El Meskwaki Bingo Casino Hotel es un ejemplo claro de lo últimamente hacen estas tribus con sus tierras. Meten un casino y se forran de dólares ya que ni siquiera pagan impuestos. Confinarlos en un trozo de tierra, reservas, es una manera de controlarlos ya que afuera de ese territorio siguen dejados de lado. Esto genera problemas de alcoholismo en los integrantes de las tribus, debido al estado ocioso en que se encuentran y la cantidad de plata que ingresan con sus negocios.
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El Meskwaki Bingo Casino Hotel
1 comentario:
Te apuesto que no sabias que nosotros, los Meskwakis, tambien hablamos Espanol!
Lei tu blog y no se si tu investigaste la tribu bien. NADIE NOS REGALO NINGUN PEDAZO DE TIERRA. Y si pagamos impuestos. Seguimos las leyes del gubierno federal como todos los de mas. Debes de estudiar mas y tal vez preguntar a uno de nosotros para saber porque las cosas con como son. Nos daria gusto educarte.
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