El sábado pasado, muy tempranito, emprendimos un viaje de 1 hora y media en el viejo SAAB. Javier, su Mariana y la mía y Valentina, a esta altura de todos, salimos rumbo a un pueblito llamado Ullared, ubicado en la región de Halland, de 800 habitantes repartidos en tan sólo dos kilómetros cuadrados . Ullared está metido a presión en un paisaje espectacular de bosques espesos y granjas con cultivos de trigo que da el color amarillento a los campos. En cada casa, generalmente de madera de color rojo con techo a dos aguas, ondea una bandera sueca en los altos mástiles blancos que le da un toque pintoresco, típico de una postal. El olor a pasto recién cortado viene de un campo de golf muy exclusivo que aparece a nuestra derecha. Y un par de kilómetros más adelante, otro, esta vez a la izquierda. Faltando poco más de 10 kilómetros para alcanzar nuestro objetivo, nos metemos en un largo camino guiado por hileras de pinos que aparecen a ambos lados de la carretera y que provocan una sombra espesa y fresca, hasta que termina en un claro enorme que rompe con el verde oscuro. Ante nosotros aparece un lago gigante que por esto no toca la banquina.
Ullared es archi-mega-super conocido por tener la tienda más grande de Escandinavia y agregaríamos, más barata del mundo. La tienda se llama Gekås (se pronunciaría más o menos así: [iecos]) y ocupa una superficie de 20.000 metros cuadrados, pero que llega a los 80.000 si sumamos el estacionamiento para 2.200 autos, algunas decenas de miles de metros más que cuando se inauguró en los años 60. Es considerado un atractivo turístico y una meca para los compradores compulsivos. Vienen de todas partes a comprar, principalmente ropa y cosas para el hogar. En verano, es muy común que sea tanta la gente que quiere entrar que se formen colas kilométricas. La tienda tiene dos pisos. El primer piso está repartido principalmente en cinco sectores: ropa de hombre, de mujer, de niño, cosas para la casa y alimentos. En la planta baja hay electrodomésticos de la A a la Z. Todo siempre más barato que en cualquier comercio de la ciudad.
Llegamos. Lo primero que vemos es un mar de autos estacionados y otros tantos girando y girando buscando un lugar para estacionar. Inmediatamente pensamos que habría cola en la entrada. No había cola pero adentro la cosa estaba movidita. Muchísima gente iba y venía sin sacarle el ojo a las góndolas. Y como cada año que vamos, ponemos un lugar de encuentro a una hora determinada y salimos cada cual por su lado a buscar lo que está en la lista y lo que vemos interesante y a un buen precio. Este último punto es lo terriblemente habitual que le sucede a los 4.000.000 de visitantes que hasta el 2006 hemos pisado la megatienda, porque al fin y al cabo los ojos se salen del papel con la lista de necesidades y se van ellos solitos a comprar, dejándonos momentáneamente ciegos. Conclusión, un carro lleno y una lista hecha mil pedacitos.
Después de vagar cerca de 4 horas por la tienda era el momento cruel e inhumano de pagar. Las cosas que compramos fueron muy baratas, pero lo cierto es que muchas cosas baratas juntas puede resultar una cifra cara. La última etapa de este viaje fue la vuelta a casa hablando siempre del ticket que iba de mano en mano como un rollo de papel higiénico numerado.
Ullared es archi-mega-super conocido por tener la tienda más grande de Escandinavia y agregaríamos, más barata del mundo. La tienda se llama Gekås (se pronunciaría más o menos así: [iecos]) y ocupa una superficie de 20.000 metros cuadrados, pero que llega a los 80.000 si sumamos el estacionamiento para 2.200 autos, algunas decenas de miles de metros más que cuando se inauguró en los años 60. Es considerado un atractivo turístico y una meca para los compradores compulsivos. Vienen de todas partes a comprar, principalmente ropa y cosas para el hogar. En verano, es muy común que sea tanta la gente que quiere entrar que se formen colas kilométricas. La tienda tiene dos pisos. El primer piso está repartido principalmente en cinco sectores: ropa de hombre, de mujer, de niño, cosas para la casa y alimentos. En la planta baja hay electrodomésticos de la A a la Z. Todo siempre más barato que en cualquier comercio de la ciudad.
Llegamos. Lo primero que vemos es un mar de autos estacionados y otros tantos girando y girando buscando un lugar para estacionar. Inmediatamente pensamos que habría cola en la entrada. No había cola pero adentro la cosa estaba movidita. Muchísima gente iba y venía sin sacarle el ojo a las góndolas. Y como cada año que vamos, ponemos un lugar de encuentro a una hora determinada y salimos cada cual por su lado a buscar lo que está en la lista y lo que vemos interesante y a un buen precio. Este último punto es lo terriblemente habitual que le sucede a los 4.000.000 de visitantes que hasta el 2006 hemos pisado la megatienda, porque al fin y al cabo los ojos se salen del papel con la lista de necesidades y se van ellos solitos a comprar, dejándonos momentáneamente ciegos. Conclusión, un carro lleno y una lista hecha mil pedacitos.
Después de vagar cerca de 4 horas por la tienda era el momento cruel e inhumano de pagar. Las cosas que compramos fueron muy baratas, pero lo cierto es que muchas cosas baratas juntas puede resultar una cifra cara. La última etapa de este viaje fue la vuelta a casa hablando siempre del ticket que iba de mano en mano como un rollo de papel higiénico numerado.
Algunos datos curio$o$ de Gekås:
- Vendió en el 2006 cerca de 3.000.000.000 de coronas suecas (unos 300.000.000 de euros). Mucho.
- Recauda dos millones de coronas suecas por hora en temporada alta.
- El record de visitantes fue el 25 de julio de 2005 con 24.700 almas.
- Tiene 100 probadores.
- Cerca de 3000 ómnibus llegan cada año.
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